domingo, 27 de septiembre de 2009


RESUMEN DEL CAPITULO III: IMPACTO DE LA ESCOLARIDAD EN LOS MERCADOS DE TRABAJO Y EN LA DISTRIBUCIÓN DEL INGRESO: EL CASO DE MÉXICO (1960-1970)


INTRODUCCIÓN
La conclusión más importante que se obtuvo al analizar el papel desempeñado por la educación formal en la transmisión intergeneracional de las desigualdades sociales consistió en que la expansión experimentada por el sistema escolar durante la década de los sesenta, no favoreció significativamente la movilidad social intergeneracional. Los factores responsables del problema, señalaron las pautas seguidas al distribuir las oportunidades escolares y al absorber, en el mercado de trabajo, a los egresados del sistema escolar.
EGRESO DEL SISTEMA ESCOLAR
Al realizar estos tipos de estudios, se carecía de cálculos confiables en relación con el número de individuos que durante la década de los sesenta se graduó o abandonó el sistema escolar mexicano, tampoco se registraba con regularidad el número de alumnos repetidores en las diversas ramas de los niveles posprimarios. Por tanto, fue necesario desarrollar un procedimiento matemático que permitiera hacer cálculos de aquellas tasas de transición que resultaran compatibles con información de carácter demográfico, cuya validez había sido demostrada a través de investigaciones anteriores. El modelo generaba tasas de transición que sólo resultaban satisfactorias para la enseñanza primaria, y no distinguía las ramificaciones del sistema escolar que se inicia en el ciclo básico de la enseñanza media. Por tanto tuvieron que hacerse esfuerzos adicionales hasta que fue posible reproducir adecuadamente el flujo escolar en los niveles posprimarios del sistema, considerando las diferentes características de las ramas que componen la enseñanza media. Del egreso escolar así calculado, se restaron los individuos que en 1970 eran menores de 13 años para considerar solamente a quienes formaban parte de las cohortes demográficas a que se refiere la definición de la población económicamente activa.
INCORPORACIÓN DEL EGRESO ESCOLAR A LA PEA
Para calcular el número y la composición de los egresados del sistema escolar que se incorporaron a la población económicamente activa (PEA) durante la década de los sesenta, se siguió el procedimiento siguiente: se calculó la composición por grados escolares de la población aunque, habiendo estado ya incorporada a la PEA en 1960, seguía trabajando en 1970. De la PEA registrada en dicha muestra se restó la que tenía 55 años de edad o más, así como la que falleció durante la década. Así se determinó lo que podría llamarse el “inventario actualizado”. Se dispuso de tabulaciones especiales del Censo de 1970 que permitieron apreciar la composición por grados escolares de la PEA de 12 años de edad y más. La comparación de estos datos con los del “inventario inicial actualizado” permitió inferir en qué volumen y a qué ritmo se habían expandido los distintos estratos escolares de la PEA entre 1960 y 1970.
La definición utilizada en 1960 consideraba como PEA a aquella que trabajaba a cambio de una remuneración. En cambio, la que se utilizó en el censo siguiente incluyó también a quienes ayudaban a su familia sin retribución alguna, 15 horas a la semana. Esta diferencia desapareció en la operacionalización de ambas definiciones en la práctica, en el Censo de 1960 aparecieron listados los individuos mencionados.
En 1960 se incluyó en la PEA a la población de ochos años de edad y más, mientras que en 1970 sólo se consideró a la de 12 años en adelanto. De la PEA de 1960 se hizo la resta correspondiente. De este modo se determinaron los “coeficientes de absorción del egreso escolar”.
EFECTOS DE LA EXPANSIÓN ESCOLAR EN EL MERCADO DE TRABAJO (1960-1970)
TASAS DE PARTICIPACIÓN EN LA POBLACIÓN ECONÓMICAMENTE ACTIVA
El coeficiente de participación de la población de 12 años y más, en la PEA, disminuyó entre 1960 y 1970. Esto se advirtió en las cohortes de todas las edades, pero se intensificó sobre todo en las más jóvenes y en las de edades más avanzadas, es decir, en las menores de 25 y mayores de 52 años de edad. Las repercusiones de este fenómeno en la población de cada sexo solamente pudieron determinarse para las cohortes menores de 25 años de edad, en las cuales se aprecia que fue la población masculina la que resintió la disminución observada, en tanto que la población femenina mejoró sus tasas de participación durante la década. Sería razonable suponer que la disminución en las tasas de participación de las cohortes masculinas, con edades comprendidas entre los 12 y 24 años, fue causada por la simple expansión del sistema escolar.
Se detectó un coeficiente de correlación de rangos de 0.42 indicando que a mayores niveles de pobreza correspondieron disminuciones más pronunciadas en las tasas de participación de la PEA. El nivel posprimario, a las cuales corresponden principalmente las cohortes mencionadas, se expandieron durante la década de los sesenta con mayor rapidez en las regiones más desarrolladas. Si la expansión escolar constituyera la única explicación a este fenómeno, las tasas de participación se habrían abatido fundamentalmente en tales regiones. Pero, como se acaba de indicar, lo que ocurrió fue exactamente lo contrario. Las variaciones observadas en las tasas de participación podrían interpretarse también como indicativas de la escasez de oportunidades de trabajo.
COEFICIENTES DE DESEMPLEO ABIERTO
El índice de desempleo abierto se incrementó en más de 100% al pasar de 1.62% a 3.74% de la población económicamente activa. Esta variación afectó a la población de sexo femenino. El censo de 1970 muestra que una porción sustancial de quienes carecían de empleo en las 70 ciudades más importantes del país, alcanzaron por lo menos seis años de escolaridad. Esto indica que ya se está generando en México lo que ha dado en llamarse “desempleo ilustrado”.
PERFIL EDUCATIVO DE LA FUERZA DE TRABAJO
Quienes se incorporan a la población económicamente activa durante la década obtuvieron, en promedio, una escolaridad superior a la de quienes se retiraron o fallecieron durante ese periodo. Es probable que una parte de la población económicamente activa de 1960 haya continuado sus estudios. Consecuentemente, el promedio de escolaridad de la fuerza de trabajo paso de 2.8 a 3.6 grados entre 1960 y 1970; y la participación porcentual en la PEA de los individuos con seis años y más de escolaridad aumentó de 20.7 a 30.7% entre las mismas fechas. Se halla una perfecta correlación de rangos que existe entre los niveles de escolaridad y sus respectivos ritmos de crecimiento; lo cual explica, el mejoramiento en la escolaridad promedio de la población económicamente activa. Esto podría interpretarse como un signo favorable, por cuanto refleja tendencias hacia una mejor capacitación de la fuerza de trabajo.
Es importante resaltar la clara correspondencia que existe entre el lugar que corresponde a cada sector económico, de acuerdo con su escolaridad promedio y con el valor de su producto por persona ocupada. Tanto en 1960 y 1970 se manifestó una clara correlación entre el promedio de escolaridad de cada estrato educativo de la población económicamente activa y el correspondiente ingreso promedio.
EGRESO ESCOLAR Y MOVILIDAD SOCIAL
Durante la década de los sesenta se manifestó en el país una tendencia hacia el mejoramiento general de los niveles de instrucción de los recursos humanos, puesto que los estratos de la población económicamente activa que cuentan con mayores niveles de escolaridad crecieron más rápidamente que los demás. Las tendencias hacia una escolarización creciente de la fuerza de trabajo serían compatibles con la función que se atribuye al sistema escolar como agente de la movilidad social, si todos los egresados de dicho sistema tuviesen efectivamente las mismas posibilidades de percibir ingresos adicionales proporcionales a los costos marginales incurridos al adquirir su educación. Esto depende, de que se tengan las mismas posibilidades de participar en la población económicamente activa.
No todos los egresados del sistema educativo tuvieron las mismas probabilidades de ingresar a la población económicamente activa. Estas probabilidades se correlacionaron perfectamente con los niveles de instrucción de los egresados del sistema escolar. Es decir existe un marcado desajuste estructural entre el desarrollo del mercado de trabajo y el del egreso escolar.
Los individuos con reducidos niveles de escolaridad, que tuvieron bajas probabilidades de ingresar al mercado de trabajo, reúnen dos características importantes: proceden de las clases sociales más desfavorecidas y son los más numerosos.
IMPACTO DE LA ESCOLARIDAD EN LOS MERCADOS
EFECTOS DE LA EXPANSIÓN ESCOLAR EN LA DISTRIBUCIÓN DEL INGRESO
Los efectos que los fenómenos anteriormente expuestos generaron en la distribución del ingreso pudieron ser examinados a partir de tabulaciones de la Muestra del Censo de Población de 1960 y a tabulaciones especiales del censo de 1970 que fueron preparadas por la Dirección General de Estadística de la Secretaría de la Industria y Comercio. Los datos proporcionados por dichas fuentes fueron examinados con el objeto de determinar:
1. La evolución de los ingresos promedio de los integrantes de los distintos estratos educativos de la población económicamente activa.
2. La evolución de las proporciones de la población que, dentro de cada estrato, percibía ingresos de diversa magnitud en relación con el ingreso promedio general.
3. La evolución de las proporciones de la población dentro de cada estrato, percibía ingresos de diversa magnitud en relación el ingreso promedio del estrato respectivo.
4. La evolución del ingreso promedio de la población ubicada dentro de cada uno de los deciles que componen los distintos estratos educativos.
5. La evolución de los coeficientes de Gini, que miden el grado de concentración del ingreso dentro de cada estrato educativo.
CRECIMIENTO DEL INGRESO PROMEDIO DE LA PEA EN LOS DISTINTOS ESTRATOS EDUCATIVOS.
Sólo los individuos comprendidos dentro del estrato correspondiente a la enseñanza superior incrementaron su ingreso promedio a una velocidad más rápida que la del promedio general. Las tasas de incremento de los ingresos promedio de los analfabetos, y de quienes cursaron parcial o totalmente la enseñanza primaria, ocuparon el lugar subsecuente. Finalmente, los individuos que cursaron entre siete y doce grados de escolaridad fueron quienes aumentaron más lentamente sus respetivos ingresos promedio.
CAMBIOS EN LA DISTRIBUCIÓN DE LA PEA EN TORNO AL INGRESO PROMEDIO GENERAL
Los fenómenos anotados en el apartado anterior generaron diversos efectos en la distribución del ingreso, dentro de las diferentes categorías de la población económicamente activa. Las proporciones de la PEA en cada estrato escolar, en 1970 y 1970 percibían:
a) Ingresos inferiores al promedio nacional;
b) Ingresos comprendidos entre el promedio y el doble del promedio;
c) Ingresos comprendidos entre el doble y el cuádruple del promedio, e
d) Ingresos superiores al cuádruple del mismo.
CAMBIOS EN LA DISTRIBUCIÓN DEL A PEA EN TORNO AL INGRESO PROMEDIO DE CADA CATEGORÍA
La evolución de las proporciones de los integrantes de los diversos estratos educativos advierte que los tres primeros estratos; analfabetos, primaria, ciclo básico de la enseñanza media, las proporciones representadas por los individuos que perciben ingresos inferiores al promedio de cada categoría tendieron al descenso. En cambio, en los estratos IV y V, correspondientes al ciclo superior de la enseñanza media y a la enseñanza superior sucedió lo contrario.
CAMBIOS EN EL INGRESO PROMEDIO DE LA PEA POR DECILES Y CATEGORIAS EDUCATIVAS
Comparando los ingresos promedio de los integrantes de cada decil, los mayores incrementos ocurrieron en los estratos III, IV y V, en el decil superior y por lo que toca al estrato I, en el decir inferior. Dentro del estrato II, el máximo aumento se registró en el noveno decil.
CAMBIO EN LOS COEFICIENTES DE CONCENTRACIÓN DEL INGRESO
Como consecuencia de lo anterior, los coeficientes de Gini, que miden la concentración del ingreso dentro de cada estrato educativo, evolucionaron. Es de mucho interés resaltar que el comportamiento del ingreso de la población colocada en los deciles superiores de los estratos educativos más altos, provocó una reversión.
Es también de importancia señalar el mejoramiento en el coeficiente de Gini, que mide la concentración del ingreso correspondiente a toda la población considerada. Esto debe interpretarse con cautela, pues es necesario considerar lo siguiente:
1. Se trata fundamentalmente de ingresos personales derivados del trabajo
2. El mejoramiento es atribuible fundamentalmente al comportamiento del ingreso de los
estratos escolares inferiores y al de los individuos localizados en los deciles más bajos de dichos estratos.
3. La distribución de la población dentro de estos deciles fue proporcionada en forma muy agregada.
RELACIONES ENTRE LA ABSORCIÓN DEL EGRESO ESCOLAR Y LA DISTRIBUCIÓN DEL INGRESO: ESQUEMA INTERPERETATIVO
Las relaciones existentes entre los ingresos promedio de los integrantes de todas las categorías escolares que preceden a la enseñanza superior, y el ingreso promedio de la población económicamente activa, disminuyeron durante la década. Sin embargo, esta disminución fue prácticamente imperceptible en el caso de los estratos I y II (personal analfabeto y con enseñanza primaria completa e incompleta) y muy importante en los estratos III y IV (enseñanza media en sus dos ciclos).
El hecho de que el ingreso relativo de los integrantes de los estratos escolares inferiores haya permanecido prácticamente constante durante la década, debe atribuirse seguramente a, la aplicación de políticas de protección del salario mínimo, los coeficientes de absorción de este personal en el mercado de trabajo son los más bajos; y esto permite suponer que, mediante las políticas mencionadas, se pudo haber desalentado la propensión a ofrecer plazas laborales a personas pertenecientes a estas categorías educativas. Es posible que, los empleadores hayan tendido a ofrecer a individuos con más escolaridad algunas oportunidades de trabajo.
CONCLUSIONES
Los datos expuestos sugieren las condiciones siguientes:
1. Existe un desequilibrio evidente entre la estructura del sistema escolar y la de los mercados de trabajo.
2. Se localizó en 1970 una correlación positiva entre los niveles de instrucción de la PEA y los grados de concentración del ingreso dentro de cada estrato educativo.
3. No es probable que el desequilibrio mencionado se corrija sustancialmente si sólo se mejoran las tasas de retención del sistema escolar, mientras que los factores determinantes de la demanda de trabajo y del acceso a las oportunidades educativas se sigan comportando como lo han hecho hasta ahora.
En efecto, la evidencia recogida por los censos de 1960 y 1970 permite anticipar que, si sólo se logra dicha mejoría, tenderá a ocurrir lo siguiente:
a) Se seguirá manteniendo constante el ingreso relativo de quienes adquieran poca escolar, pero sólo a costa de una creciente contracción de la demanda para los trabajadores correspondientes a esta categoría.
b) Se continuará deteriorando el ingreso relativo promedio de quienes ingresen al nivel medio de enseñanza, como consecuencia de una creciente situación de individuos menos escolarizados por personas que hayan cursado este nivel educativo.
c) Se iniciaría también un deterioro del ingreso relativo de quienes logran acceso al nivel superior de enseñanza.
d) Así como durante la década pasada estos fenómenos no afectaron en la misma medida a los integrantes de todos los estratos sociales, se esperaría que, también en el futuro, las personas que disfruten de una mejor posición socioeconómica sean también las últimas que, finalmente, resientan las consecuencias de estos procesos.
4.- Finalmente, del estudio aquí presentado se desprende que la política escolar tiene en si misma una capacidad muy limitada para combatir los problemas del desempleo. Las raíces de estos problemas se encuentran en el comportamiento del sistema económico y en el sistema político que lo rige.


REFERENCIA: MUÑOZ IZQUIERDO, CARLOS (1996), MÉXICO, ORIGEN Y CONSECUENCIAS DE LAS DESIGUALDADES EDUCATIVAS, FONDO DE CULTURA ECONÓMICA.



COMENTARIO CRÍTICO
Este capítulo, desde mi muy particular punto de vista, se me hizo realmente interesante debido a que se examinan con detenimiento las relaciones entre el egreso escolar y los mercados labores, así como sus efectos generados por estas relaciones en la distribución del ingreso.
Primeramente nos dice, que para realizar algunas investigaciones, las cuales nos muestran la situación de los alumnos inscritos en alguna institución educativa; se carecía de cálculos confiables en relación con el número de individuos durante esta década que se graduaban, abandonaban o reprobaban dentro del sistema escolar. Considero realmente, que era un problema grandísimo para determinar el número de egresados del sistema escolar que se incorporaban a la población económicamente activa.

Durante 1960 y 1970 el coeficiente de participación de la población de doce años y más en la PEA disminuyó, sin embargo se intensificó en las edades más jóvenes y las más avanzadas. Pero las repercusiones que este fenómeno tuvo en la población de cada sexo, solamente pudieron determinarse para las cohortes menores de 25 años de edad, en la que la población masculina disminuyó su participación y la población femenina la aumento, yo pienso que esto se debe a que la población masculina estuvo más al alcance de estar dentro de las escuelas; ya que recordando los análisis elaborados en clases sobre como influía el género en la matrícula escolar, también analizamos esos años y estaba muy marcada la diferencia entre hombres y mujeres que asistían a alguna institución educativa; desde mi perspectiva esto se debía a los prejuicios que en esos tiempos aún se conservaban, los cuales limitaban a las mujeres á permanecer en casa o a incorporarse a la población económicamente activa, dejándolas al margen de una preparación escolar.

El índice de desempleo, se incrementó en más de 100% durante esta década, esta variación afectó más a la población femenina; algo muy curioso comienza a suceder en el país, ya que de los resultados del censo de 1970 se obtuvo que una porción sustancial de quienes carecían de empleo, alcanzaban por lo menos seis años de escolaridad, comienza en el país lo que se llama “desempleo ilustrado”. Este punto tiene muchísima relación con la actualidad, debido a que incluso en nuestros días, existe mucha gente con preparación escolar que está desempleada, debido a la gran demanda de trabajo, considero que la causa de estas circunstancias tan desfavorables radica en la incompetente capacidad de trabajadores que presentan los campos laborales y a la gran demanda que presentan estos trabajos, cuantos maestros vemos trabajando en otra actividad debido a que el número de plazas otorgadas es mínimo, comparado con los solicitantes de dicho beneficio, es muy necesario que el gobierno de nuestro país, además de tener un conocimiento del caso haga algo por revertirlo, desgraciadamente, ahora que analizamos el tercer capítulo del libro de Orígenes y Consecuencias de las Desigualdades Educativas de Carlos Muñoz Izquierdo, nos damos cuenta que esta problemática no se resuelve de un día para otro, es un proceso que ha estado presente durante varios años y que sin duda limita el desarrollo de nuestra población y por ende el de nuestra nación.

Siguiendo con lo mencionado en este capítulo también nos encontramos con que las personas que se incorporaron a la población económicamente activa durante esta década obtuvieron en promedio, una escolaridad superior a la de quienes se retiraron. Yo creo muy relevante este punto, ya que nos estamos dando cuenta que las exigencias que presenta la incorporación al campo laboral comienzan a tornarse más estrictas, anteriormente a esta década no era necesario terminar la primaria para ingresar a un trabajo, que tal vez no estaría bien pagado, pero pues rendiría para cumplir con las necesidades básicas de la población; ahora sin embargo comienza una nueva etapa, donde la demanda y competencia están a la orden del día, y donde una escolaridad superior significará puntos extras a la hora de solicitar un trabajo. Aquí tenemos otra circunstancia que se relaciona con la actualidad, claro no podemos mentir lo vemos diariamente, díganme entonces ¿Quién tiene preferencia para conseguir un trabajo bien pagado en nuestros días, una persona que cumple con una escolaridad superior o una persona que no terminó la primaria?, en efecto los individuos con reducidos niveles de escolaridad tienen bajas probabilidades de ingresar al mercado de trabajo.

Desde mi punto de vista, esto es muy triste debido a dos razones importantísimas, los individuos con reducidos niveles de escolaridad proceden generalmente de clases sociales más desfavorecidas y son los más numerosos; por consiguiente estos problemas atañen a la mayoría de la población en nuestro país, privándolos de una movilidad social que les proporcione una mejor calidad de vida. Este problema lo vemos incluso en nuestros días cuando nos damos cuenta de que sólo los individuos comprendidos dentro del estrato correspondiente a la enseñanza superior incrementan sus ingresos promedio a una velocidad más rápida que la del promedio general. Considero que todas estas situaciones presentan similitudes con la actualidad debido a la problemática generada por la gran demanda de trabajo y las dificultades que se presentan para ingresar al sistema laboral, la mayoría de las trabas que se presentaron en esta década, siguen presentándose en nuestros días, incluso se ha vuelto un tanto peor debido a que ahora no sólo competimos por un trabajo, con personas pertenecientes al mismo país, sino que debido a la globalización son cada vez más los extranjeros que tratan de involucrarse en nuestro campo de laboral, un ejemplo claro de esto lo vemos en las compañías extranjeras de perforación de pozos para la obtención del petróleo nacional, ¿cuánto personal proveniente de países de oriente, no está obstaculizando el ingreso a este campo de trabajo a miles de mexicanos “preparados” para cumplir con esta labor?. Actualmente , el Gobierno Federal con el Acuerdo Nacional para la Modernización Educativa , aplica un examen de oposición a los solicitantes, para poder otorgarle una plaza como docente, considero que es una buena medida siempre y cuando se maneje con honestidad y transparencia ya que son valores que en estos tiempos se han perdido sobre todo en lo funcionarios del gobierno.

Este problema está presente en estos momentos, nosotros al adquirir el compromiso de la educación tenemos que ayudar a los niños y jóvenes a estar realmente aptos para tener las competencias necesarias que el mercado laboral requiere.

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